Tras el desastre ocurrido el 11 de marzo en el Noroeste de Japón y el accidente nuclear ocurrido posteriormente, este país está generando un impacto medioambiental al verter más de 11.500 toneladas de agua débilmente radioactiva al Océano Pacífico.
Los últimos reportes afirman que el fin de este hecho es el de reparar los circuitos de enfriamiento de los reactores de la central nuclear de Fukushima y así evitar un desastre peor del que ocurrió en 1986 en Chernóbil, en el cual uno de los reactores explotó, expulsando productos radiactivos a más de 1.200 metros de altura, exponiendo a la mayoría de los países europeos y dejando a más de 4.000 muertos.
El portavoz del propietario de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), aseguró al Tiempo.com, que esos vertidos, los cuales se llevarán a cabo durante cinco días, no tendrán consecuencias para la salud humana. Sin embargo, no todos opinan lo mismo al respecto, muchos saben y conocen los efectos que esto podría traer al medio ambiente, a las especies marinas y sobre todo a los seres humanos.
En el núcleo de un reactor nuclear existen más de 60 contaminantes radiactivos, entre ellos, los que mayores consecuencias tendrían sobre el medio ambiente serían el yodo, el estroncio y el cesio. El primero, tal y como lo aseguró el radiobiólogo Eduardo Rodríguez-Farré para el medio peruano RPP, deja mutaciones en los genes, a partir de las cuales se puede desarrollar luego el cáncer de tiroides. El segundo contaminante se acumula en los huesos por mínimo durante 30 años, irradiando el organismo durante todo ese tiempo; mientras que el tercero queda acumulado en los músculos del cuerpo.
La radioactividad que se presenta en el agua es mayor a la que se permite legalmente en Japón, es por ello que se prohíbe consumir agua de la llave, productos como la leche y otros alimentos que están fuertemente contaminados y podrían poner en riesgo la salud de sus habitantes.
A pesar de esto, países como Brasil, seguirá importando alimentos de Japón, ya que la Agencia brasileña de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), asegura que solo se traen del país asiático alimentos envasados, y estos no han sido afectados por la crisis nuclear. Por otro lado, Estados Unidos sí ha adoptado medidas de seguridad y se ha abstenido en importar alimentos como la leche, algunas verduras y frutas, que aseguraron estar contaminados, y que podrían afectar la salud de la población de su país.
No obstante, Brasil y Estados Unidos no están tan cerca al país nipón como si lo está China, que últimamente afirmó estar siendo afectada por la radioactividad procedente de Japón en la atmósfera. Las autoridades, ya habían detectado bajos niveles de yodo 131 radiactivo originado en Fukushima, pero han encontrado ahora pequeñas cantidades de cesio 137 y 134, también proveniente de la misma planta nuclear.
Las fugas radioactivas no solo afectarán en un futuro a Japón, sino al mundo entero. Muchos expertos aseguran en los medios que esto no traerá consecuencias negativas para la población global, pero la realidad que se vive es otra. El hecho de no poder consumir agua potable y algunos alimentos que vienen de la tierra para la supervivencia del hombre, es un suceso importante y de profunda gravedad.
Detener los escapes de radioactividad tardará varios meses, según el gobierno Japonés. Sin embargo, la contaminación nuclear que éstos emiten, después de un tiempo se irá depositando en el suelo y en el mar, y se incorporará a la cadena trófica de los peces, del resto de animales y de las plantas.
Este proceso va pasando de un ser vivo a otro y va siendo cada vez peor. Un ejemplo de ello es el de los miles de renos que hubo que sacrificar en el Ártico tras Chernóbil, porque estaban absolutamente contaminados a través de las plantas y hongos que habían ingerido.
Poder conocer todas estas terribles consecuencias, ha llevado a Japón a pedir ayuda a Rusia, potencia nuclear, para poner fin a la crisis que se vive en el país desde el mes de marzo. Pidió que le envíe un barco especial de tratamiento de radiación usado en submarinos atómicos para poder contener este trance.
El poder japonés se ha visto en fuertes aprietos al no poder controlar esta problemática tan grande después de lo ocurrido en Ucrania. Su gran economía no puede evitar el gran impacto medioambiental que le está ocasionando al mundo entero. La contaminación de una fuente de vida tan importante como la es el agua, es un aspecto que no se puede dejar pasar por alto, y que sí tiene consecuencias negativas para la salud de la humanidad y para la vida animal.